El cierre del 2022 está a la vuelta de la esquina. Seguramente, hayas reflexionado acerca de los cambios que has experimentado, los objetivos que has cumplido o algunas situaciones desagradables e inesperadas que han aparecido. Además, es normal que empieces a pensar en tus nuevas metas para el 2023. La intuición no sólo te ayudará a aprender de las situaciones que has vivido este año (positivas o negativas) y a sacar el máximo provecho de cada experiencia vital, sino que te permitirá definir y alcanzar los nuevos propósitos desde tu auténtico ser: qué es lo que quieres y necesitas para el próximo año.
No olvides tu intuición en el fin del año
En este fin de año, el cansancio y la cantidad de información acumulada de nuestro pasado puede hacer de nuestro presente un amontonamiento de ideas, pensamientos y conclusiones que nos lleva a desenfocarnos en nuestras vidas. El no tomar consciencia de todo ello nos enreda en el drama mental o en pensamientos repetitivos de miedo, preocupación y agotamiento, creandonos ansiedades que nos hacen vivir en estado de alerta y crisis. A esto lo denominamos estrés elevado y se puede evitar si conectamos con nuestra gran capacidad de la intuición.
Por ello, estos días son un buen comienzo para desarrollar el poder de la intuición. Esta es la verdadera clave para alcanzar la cordura y la consciencia de lo que verdaderamente ocurre en nuestro interior. En este sentido, es importante aprender a conectar con nuestro cuerpo. Así, cuando nos sentimos desesperados, desenfocados o abrumados simplemente debemos conectar con nuestro cuerpo y aprender a guiarnos por nuestra intuición.
¿Y cómo puedo conectar con mi cuerpo?
Lo primero que debes hacer es prestar atención a la vitalidad. A lo largo de este año, seguramente has pasado por momentos de agotamiento emocional y de energía.
Conecta con tu energía: debes estar en sintonía con tu energía cuando tu cuerpo esté activo y poco cuando estés cansado. Esto ayuda a prevenir la saturación y el sentimiento de frustración.
Ejercicios de grounding: también llamados ejercicios de enraizamiento, consiste en visualizar cada mañana cómo sale energía de nuestros pies. En ese preciso instante, es posible sentir las incomodidades o falta de ellas en nuestro cuerpo. Notar físicamente lo que ocurre en la realidad, nos conduce a conectar con lo emocional y hasta lo espiritual. Eso es la intuición, un cúmulo de informaciones a las que acceder cuando nos tomamos un respiro para simplemente ser y estar.
Equilibrio entre soledad y buena compañía: conectar con espacios y momentos contigo mismo es clave porque permite re enfocarnos. Aunque se recomienda hacerlo de forma equilibrada, ya que compartir momentos en buena compañía también aporta mucha luz. Planifica actividades que disfrutes en soledad y con amigos o familiares luminosos y previamente seleccionados para cuando surja el momento de necesitarlas, sepas a quién buscar o llamar.
Además de conectar con nuestro cuerpo para desarrollar la intuición, debes tener en cuenta y practicar lo siguiente:
No descartar los pensamientos que te llegan al azar, detente para interiorizarlos y valorarlos.
Atender lo que sientes y escuchar a tu corazón, aunque tu razón lo debata.
Pedir guía a través de los sueños.
Apreciar la naturaleza que te rodea, aprovechando la belleza y la paz que te ofrece.
Considerar las sincronías que se te presentan, entendidas como señales que nos da la vida.
Activar la escucha de las personas que te rodean: a veces la intuición se manifiesta a través de lo que percibimos externamente.
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Un abrazo, Mike
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